Nada de configuraciones que duren horas, o de pasarse un buen rato instalando aplicaciones y actualizaciones del sistema. Simplemente funciona, y es tan sencillo de usar que no necesitamos ayuda para utilizarlo.
Esa sencillez, como efecto colateral, hace que Chrome OS sea un sistema operativo seguro. Toda la seguridad recae en manos de Google, y Chrome OS cuenta con todas las medidas de seguridad de Chrome. Esto quiere decir que tenemos actualizaciones automáticas en todos los Chromebook, aplicaciones y páginas web funcionando por separado en ‘sandboxes’, verificación del inicio y cifrado de datos.
Esto quiere decir que no tenemos que ser expertos informáticos para estar a salvo con un Chromebook, ya que el sistema hace todo el trabajo por nosotros. Además, con un Chromebook nos podemos olvidar de amenazas modernas como un ransomware que cifre nuestros datos para secuestrarlos, dado que toda la información está en la nube y el sistema ya protege lo que tenemos a nivel local.
Los Chromebooks, por suerte, no son todos iguales: cada fabricante, incluyendo a Google, ha diseñado sus propios portátiles y ordenadores con diferentes especificaciones. Por ejemplo, tenemos Chromebooks con procesadores potentes, con procesadores de menor potencia, con pantallas de diferente resolución, con mejores o peores diseños…
Es decir, a la hora de comprar un Chromebook tenemos opciones para todos los gustos, y para todos los presupuestos. No es como con los portátiles con OS X, donde estamos cerrados a escoger unas determinadas opciones. Y, a diferencia de Windows, el fabricante no tiene tanto control sobre el sistema operativo que está contenido en su dispositivo.
Fuente: omicromo
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